Violencia de Género
¿Qué es la violencia de género?
En ocasiones, las distintas
denominaciones de los malos tratos llevan a confusión: Violencia de Género,
Violencia Doméstica, de pareja, hacia las mujeres, masculina o sexista… La
violencia doméstica hace referencia a aquella que se produce dentro del hogar,
tanto del marido a su esposa, como de la madre a sus hijos, del nieto al
abuelo, etc. Excluye aquellas relaciones de pareja en las que no hay
convivencia.
La violencia de género tiene que
ver con “la violencia que se ejerce hacia las mujeres por el hecho de serlo”, e
incluye tanto malos tratos de la pareja, como agresiones físicas o sexuales de
extraños, mutilación genital, infanticidios femeninos, etc.
Todo acto de violencia basado en
la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño
o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad,
tanto si se producen en la vida pública o privada (“Artículo 1 de la
Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Naciones
Unidas, 1994).
Tipos de violencia.
-Física. La violencia física es
aquella que puede ser percibida objetivamente por otros, que más habitualmente
deja huellas externas. Se refiere a empujones, mordiscos, patadas, puñetazos,
etc, causados con las manos o algún objeto o arma. Es la más visible, y por
tanto facilita la toma de conciencia de la víctima, pero también ha supuesto
que sea la más comúnmente reconocida social y jurídicamente, en relación
fundamentalmente con la violencia psicológica.
-Psicológica. La violencia
psíquica aparece inevitablemente siempre que hay otro tipo de violencia. Supone
amenazas, insultos, humillaciones, desprecio hacia la propia mujer,
desvalorizando su trabajo, sus opiniones... Implica una manipulación en la que
incluso la indiferencia o el silencio provocan en ella sentimientos de culpa e
indefenso, incrementando el control y la dominación del agresor sobre la
víctima, que es el objetivo último de la violencia de género.
-Dentro de esta categoría podrían
incluirse otros tipos de violencia que llevan aparejado sufrimiento psicológico
para la víctima, y utilizan las coacciones, amenazas y manipulaciones para
lograr sus fines.
- Se trataría de la violencia
“económica”, en la que el agresor hace lo posible por controlar el acceso de la
víctima al dinero, tanto por impedirla trabajar de forma remunerada, como por
obligarla a entregarle sus ingresos, haciendo él uso exclusivo de los mismos
(llegando en muchos casos a dejar el agresor su empleo y gastar el sueldo de la
víctima de forma irresponsable obligando a esta a solicitar ayuda económica a
familiares o servicios sociales).
- También es habitual la
violencia “social”, en la que el agresor limita los contactos sociales y familiares
de su pareja, aislándola de su entorno y limitando así un apoyo social en estos casos.
-
Sexual. “Se ejerce mediante presiones físicas o psíquicas que pretenden
imponer una relación sexual no deseada mediante coacción, intimidación o
indefenso” (Alberdi y Matas, 2002). Aunque podría incluirse dentro del
término de violencia física, se distingue de aquella en que el objeto es la
libertad sexual de la mujer, no tanto su integridad física. Hasta no hace
mucho, la legislación y los jueces no consideraban este tipo de agresiones como
tales, si se producían dentro del matrimonio
MITOS
Habitualmente se justifica y se
trata de dar explicación a este tipo de violencia atendiendo a:
-Características personales del
agresor (trastorno mental, adicciones).
-Características de la víctima
(masoquismo, o la propia naturaleza de la mujer, que “lo busca, le provoca, es
manipuladora…”).
-Circunstancias externas (estrés
laboral, problemas económicos).
-Los celos (“crimen pasional”).
-La incapacidad del agresor para
controlar sus impulsos, etc.
Además, existe la creencia
generalizada de que estas víctimas y sus agresores son parejas mal avenidas
(“siempre estaban peleando y discutiendo”), de bajo nivel sociocultural y
económico, inmigrantes… Es decir, diferentes a “nosotros”, por lo que “estamos
a salvo”.
Aquellos hombres que son
alcohólicos y maltratan a sus mujeres, sin embargo, no tienen, en su gran
mayoría, problemas o peleas con otros hombres, con su jefe o su casero. El estrés laboral o de cualquier tipo afecta
realmente a mucha gente, hombres y mujeres, y no todos se vuelven violentos con
su pareja.
En el fondo, estas
justificaciones buscan reducir la responsabilidad y la culpa del agresor,
además del compromiso que debería asumir toda la sociedad para prevenir y
luchar contra este problema.
El principal camino para acabar
con la violencia de género es la prevención. Esto incluye, por supuesto, un
cambio global en la forma de ver las relaciones entre mujeres y hombres, un
cuestiona miento de los roles sociales y estereotipos, del lenguaje, etc. Estos
cambios deben partir de las personas adultas con el objetivo de que se
transmitan eficazmente a niños y niñas.
Además, tu puedes prevenir y
evitar implicarte en una relación que puede llegar a ser violenta:
-Detectar
manipulaciones, aproximaciones no solicitadas, desconfiar de promesas que no
tienen sentido en un momento de la relación, tener claro que decir que “no” a
algo no es negociable, alejarse cuando esa persona que se te acerca tratando de
hacerte ver que tenéis mucho en común o que le debes algo. Para todo esto es
muy importante confiar en tu intuición, en las sensaciones de desasosiego que
te producen. Cuando conoces a alguien le evalúas igualmente, valoras si esa
persona encaja contigo; solo es importante que a partir de ahora incluyas
también estos puntos si quieres prevenir encontrarte en una relación violenta.
Valora sus ideas sexistas, cómo fueron sus relaciones anteriores (si rompió él
o no, cómo habla de ellas…), etc.
- Valora tus propias ideas respecto al amor y la pareja, el papel
de la mujer en la misma, a qué se debe renunciar por amor., etc.
-Y, ante todo, conociéndote a ti
misma y teniendo claros tus valores. Si los valores de la otra persona entran
en conflicto con los tuyos, debes saber reconocerlo y no aceptar en ningún caso
renunciar a aquello que es importante para ti.
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