16 DE JUNIO, DÍA MUNDIAL DE LAS TORTUGAS MARINAS
Dedicar un día mundial a un animal o grupo de animales
en concreto no suele ser arbitrario y este caso no es una excepción. Las
tortugas marinas se enfrentan a numerosos retos y peligros. La Lista Roja de la
UICN recoge siete especies, todas amenazadas, desde la tortuga laúd hasta las 6
especies de la familia Cheloniidae.
Es por eso que, al celebrar el
Día Mundial de la Tortuga Marina, tenemos que recordar la importancia de
continuar el trabajo de conservación que se está llevando a cabo para proteger
a estas criaturas increíbles, para que puedan continuar nadando por nuestros
océanos durante miles de años más.
La fecha elegida conmemora el
nacimiento de un famoso conservacionista que dedicó su vida a proteger a estos
reptiles, defender su aporte al Medio Ambiente y a explicar al mundo su
importancia: el zoólogo y herpetólogo Archie Carr, que nació el 16/6 de 1909 en
Alabama y falleció a los 77 años en Florida.
PELIGROS EN ALTA MAR
La basura que queda atrapada en
las corrientes oceánicas afecta gravemente a estos reptiles, que ingieren las
partículas microscópicas de plástico en que terminan convertidos nuestros
desperdicios sin siquiera ser conscientes de ello. Aunque sí lo son de los
residuos grandes, como las bolsas de la compra, que llegan al mar desde lugares
cercanos como las playas o los barcos y en las cuales quedan atrapadas, con el
consecuente riesgo de morir asfixiadas.
La pesca es otro riesgo que
tienen que enfrentar las tortugas marinas. Por muchos esfuerzos que se puedan
hacer por parte del sector, evitando los métodos más destructivos o fomentando
la pesca sostenible, las redes atrapan en ocasiones a individuos que no son
capaces de zafarse de esta trampa y terminan entre las capturas accesorias o
involuntarias. Aunque los pescadores colaboren devolviendo a estos animales al
mar, muchas veces se encuentran heridos y no son capaces de sobrevivir con las
facultades mermadas. Otras, directamente, mueren antes de salir de las redes de
pesca.
CAMBIO CLIMÁTICO
El cambio climático no es ajeno a
la larga vida de las tortugas marinas. Estos longevos seres se enfrentan a las
modificaciones de temperatura de los océanos, que les afectan sin remedio
debido al gran espacio que cubren, con largas migraciones y constantes
desplazamientos. En ocasiones se ven obligadas a variar sus trayectos para
adecuarse a la temperatura del agua, cambiante por culpa del calentamiento
global.
Entre sus viajes destaca
sobremanera la vuelta a la playa donde nacieron, para desovar y que así sus
crías tengan el mismo origen. Este hecho es celebrado en muchos países y es el
que llevó a Archie Carr a dedicar su vida a la conservación de las tortugas
marinas y contribuir a la protección de las principales playas de desove, sobre
todo en Costa Rica, donde se sitúa el internacionalmente reconocido Parque
Nacional de Tortuguero.
La continuidad de las tortugas marinas pasa por proteger sus zonas de
desove y garantizar el futuro de las nuevas generaciones. Asimismo, es
necesaria la buena conservación de los océanos, reduciendo al máximo la
contaminación (sobre todo por plásticos) y recurriendo a métodos pesqueros lo
menos dañinos posibles (esto incluye el fomento de la acuicultura ecológica y
la pesca sostenible). Es la única forma de que nuestros mares sigan disfrutando
de estos longevos reptiles.
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